jueves, 16 de noviembre de 2006

El dichoso Plan Bolonia

Me parece una aberración lo que pretenden con el Plan Bolonia. ¿Qué es eso de que vamos a tener que devolver las míseras becas que nos dan - en el caso de las personas que gozan de beca porque yo ni eso- cuando terminemos la carrera?.

Como he gritado hoy en la manifestación " queremos una beca y no una hipoteca", me parece tan absurdo este plan que no puedo dejar de salir de mi asombro cuanto más lo reviso.

Y eso de que el CAP va a costar 10 veces más ya si que me parece insultante, pero vamos a ver señores ¿dónde se ha visto que haya que pagar por trabajar?, de verdad que no lo entiendo.

En vez de luchar por una universidad pública, con esto, lo que están consiguiendo es que andemos hacía atrás como los cangrejos y volvamos a la época en la que sólo los verdaderamente ricos podían estudiar.

La verdad es que hoy me esperaba a muchísima más gente en la manifestación, ya que cuando se trata de batir récords en botellones bien que salen todos a la calle, pero cuando se trata de defender nuestros derechos no se dignan en aparecer. En fin cada cual es libre de hacer lo que quiera pero no me parece ético.

Sólo espero que este dichoso plan nunca se llegue a cabo porque podría tener unas consecuencias nefastas. Espero que se nos escuche.

Aquí os dejo un artículo muy interesante que he encontrado en la red:

Todos los estudiantes universitarios nos vemos afectados por la aplicación de la reforma universitaria que ya está en marcha, cuya finalidad es la construcción de un Espacio Europeo de Educación Superior.
Las directrices que se están siguiendo han sido establecidas por el Plan Bolonia, y claramente responden a una lógica dominada por criterios empresariales que implica la mercantilización de la educación y la entrada de la financiación privada en la Universidad El motivo de la reforma no es la mejora de la universidad, para lo cual seríamos los propios estudiantes quienes deberíamos ser consultados. Pero nadie nos ha preguntado y sí en cambio a las empresas.
Pensamos que los estudiantes debemos responder a los responsables de que esta reforma se esté llevando a cabo, a autoridades políticas y académicas, mediante la movilización. Debemos dejar clara nuestra oposición a las medidas que ya están siendo aprobadas por el Ministerio y que nos son impuestas por la decisión de unos pocos.

Los Posgrados (2º ciclo en las nuevas estructuraciones de las titulaciones) van a tener precios desorbitados. En un principio fueron fijados y aprobados por el Ministerio en 1800 euros, pero a consecuencia de las movilizaciones estudiantiles recientes han rectificado.
Los estudiantes que quieran acceder al Posgrado tendrán que desembolsar la módica cantidad de 1400 euros por curso. ¿Cómo pueden denominar estas cifras como "precios públicos" sin que se les caiga la cara de vergüenza?. ¿Cuántos de nosotros vamos a poder superar esta auténtica barrera económica para ejercer nuestro derecho a la educación superior'? .

Otra de las grandes ventajas de la reforma es la desaparición de las actuales becas. A partir de ahora tendremos que hipotecarnos para poder estudiar. Las becas serán sustituidas por becas-préstamo, lo que significa que una vez accedamos al mercado laboral tras haber obtenido el título tendremos que devolver el dinero prestado con parte de nuestro sueldo. ¿Por qué en lugar de ir hacia una universidad gratuita vamos en dirección contraria?

Será obligatorio para la obtención del título de Grado realizar 1 año de prácticas en empresas o instituciones. Y estaremos todo ese año trabajando gratis, porque se ha decidido que las prácticas no sean remuneradas ¿Nos darán tras ese año también el título oficial de Esclavo?

El nuevo sistema de créditos (ECTS; European Credit Transfer System) propone medir no ya los resultados académicos sino el tiempo dedicado al estudio. Curiosamente, se estima que la "jornada media" del estudiante es de 40 horas semanales, excluyendo así a todo aquel que necesita simultanear la carrera con el trabajo. Esto sumado a la restricción de acceso al Posgrado supone una evidente elitización de la educación superior.

Con palabrería pedagógica nos proponen un modelo "centrado en el alumno", eufemismo que oculta la intención de convertir la educación superior en una formación exclusivamente profesionalizante. Al reducir el tiempo de estudio y vaciar de contenido las carreras nos convierten en mano de obra descualificada, que no sabe de nada y sirve para todo; trabajadores precarios preparados siempre para adaptarse a las demandas cambiantes del mercado.

Da igual lo que se aprenda porque los conocimientos caducan, hay que reciclarse constantemente y formarse en lo que la empresa de turno disponga en cada momento (por supuesto a cargo del bolsillo propio o del empresario que decide qué y cómo aprendes).

La Educación es un derecho y debe ser un servicio público al servicio del bien común y no de los intereses privados. Las empresas no tienen nada que decir acerca de la Universidad, no son interlocutores válidos y por eso rechazamos un proceso de Convergencia Europea que desde el principio ha respondido a sus demandas y nunca a las de la comunidad universitaria.

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